Con mucho detenimiento y algo de curiosidad, varios empleados argentinos de una compañía de origen estadounidense, estaban amontonados frente a la computadora de uno de sus colegas analizando un email. Como parte del Centro de Servicios Compartidos de la firma, gran parte de su trabajo requería una interacción permanente con colegas, clientes y proveedores ubicados en Estados Unidos, Canadá, México y varios países de América Latina. El email bajo análisis fue enviado por un argentino y estaba dirigido a un colega mexicano de la misma empresa en un tono amistoso y hasta algo gracioso. Sin embargo, por alguna razón que los argentinos no podían comprender, había ofendido a su colega y creado varios problemas en las relaciones. Esto era lo que decía el email:
Hola cuate,
¿Cómo van las cosas por allá?
No te olvides de enviarme el archivo que te había pedido los otros días. Continue reading