La experiencia de vivir en el exterior, ya sea por 3 meses o por 30 años, suele ser tan profunda y única que impacta directamente en la propia personalidad. Uno nunca sabe exactamente a qué tipos de desafíos se estará enfrentando, pero algo es casi seguro: las diferentes experiencias e intenciones que uno tenía antes de llegar al país de destino, se mezclan con una vida nueva, contribuyendo a una eventual metamorfosis de identidad. Tom Johnson ofrece un análisis algo sarcástico pero muy entretenido, de los 10 tipos de expatriados que se ha encontrado a lo largo de su experiencia de vida en el extranjero.
1. El depresivo del ropero
De día, este expatriado es tan alegre como una flor primaveral. Pero de noche, cuando está sólo en casa y las ventanas y las puertas se cierran, empieza a mirar hacia la esquina del piso. Siempre que lo encuentras, lo vas a ver sonriendo, no porque esté fingiendo felicidad, sino porque no quiere arrastrarte en su depresión. Su depresión es demasiado personal y profunda como para compartirla. Suele mentirse a sí mismo sobre su situación hasta convencerse, aunque sea temporalmente, de una dicha internacional. Quizás lo encuentres en su casa, meditando en un triste silencio, pensando en lo maravilloso que es estar en una nueva cultura.
2. El pluralista cultural
Es una de las personas más abiertas a las diferencias que puedas encontrarte. Trata de vencer sus prejuicios y de convencerte que ese tipo de vida en el cual estás inmerso, aunque “diferente”, aunque distinto a tus propias tradiciones y hábitos, es un estilo de vida alternativo y que es tan válido, vital, normal, valioso y significativo como el tuyo. Siempre lo encontrarás abierto a nuevas experiencias, comidas y personas, y hasta manteniendo extensas conversaciones con el conductor del taxi o el barman, por ejemplo.
3. El bohemio
Decidió tomarse un año en el exterior, no porque tenga planes específicos para estudiar “árabe” o para contribuir a los fines altruistas de una ONG, sino porque le pareció una “buena opción para ese momento”. A veces puedes encontrarlos caminando sin dirección por las calles, sin estar comprometidos con ningún plan o agenda. Disfrutan de encontrarse con locales como con otros extranjeros. En realidad, este tipo de expatriados cree en la suerte y el destino. Siente que algo la llevó hasta ese país por alguna razón y espera en cada esquina que la fuerza del destino se manifieste de una manera convincente.
4. El resentido
Pocos expatriados pueden llegar a colmar tus nervios más que el resentido. Este tipo expatriado suele provenir de algún país donde al parecer, todo es absolutamente perfecto, ya que siempre se le puede escuchar decir: “…porque en mi país…”. Tiene la enorme habilidad para encontrar siempre el lado negativo de todo lo que le rodea en su nuevo país. Pero aparentemente, en el fondo sólo se encuentra muy enojado consigo mismo, de lo contrario, ya se hubiese hecho el favor hace tiempo de regresar a su amado país.
5. El fugitivo
No se trata de una persona que estaba huyendo de una vida tumultuosa en un país pobre. Por lo general, el fugitivo estaba tan solo aburrido y anhelaba algo inusual y diferente. Es del tipo que cree que los intereses se correlacionan con la distancia, por lo tanto, mientras más alejado se encuentre el país, más interesante debe ser! En sus primeros meses, descubre la vida de nuevo, sumergido en un mar de imágenes, ruidos y personas diferentes. Pero cuando la cultura deja de fascinarle, se vuelve a escapar… es su naturaleza.
Si eres o fuiste un expatriado, ¿te sientes identificado con alguno de estos tipos de expatriado? ¿Qué otros tipos de expatriados agregarías?
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